Si nos servimos de la definición que nos da la…
Obsolescencia programada ¿qué es?
Es normal que si algunos electrodomésticos, objetos comunes o aparatos electrónicos te están empezando a dar problemas sin razón aparente te preguntes si se debe a la obsolescencia programada. En estas líneas te explicaremos un poco más de qué se trata y porqué está en boca de todos.
Índice
Productos sin obsolescencia programada
Según la OCU, varios electrodomésticos de marcas como Miele tienen una larga durabilidad, haciéndolos casi inmunes a la obsolescencia programada.
Sin embargo, a partir de ahora puedes buscar el sello ISSOP (Innovación sostenible Sin Obsolescencia Programada) una iniciativa que quiere convertirse en un referente en nuestro país. Gracias a ella podrás asegurarte de que los productos que compras son sostenibles con el medio ambiente.
Además, poco a poco las instituciones europeas lanzan reformas y mejoras como la del Plan de Acción para la economía circular 2020, con el que se pretende combatir la idea generalizada (y desgraciadamente normalizada) idea de usar y tirar determinados productos, a favor de aquellas prácticas que son más amables con el planeta.
Entre las nuevas normativas que se están imponiendo está aquella que prohibe los plásticos de un solo uso o la persecución de la obsolescencia programada gracias a la ley que entrará en vigor en enero de 2022. Con ella se asegurarán ciertos beneficios a los consumidores, como mayor tiempo de garantía de los productos adquiridos o que se asegure un stock de piezas durante periodos más largos.
Causas de la obsolescencia programada
La obsolescencia programada se determina normalmente durante la creación o montaje de los productos, cuya finalidad es que los usuarios tengan que volver a comprar dichos productos por haberse quedado inservibles, romperse o porque haya que adquirir nuevos recambios.
Básicamente la obsolescencia programada es decidir la vida útil de los productos, los cuales han sido previamente planificados y determinados por el fabricante para que en un periodo concreto de tiempo se vuelvan obsoletos o no funcionen con normalidad.
Está en nuestras manos ser más conscientes a la hora de comprar e incluso empezar a hacer cambios en nuestra vida a largo plazo, como por ejemplo pensar en la idea de adquirir coches de hidrógeno como alternativa sostenible.
Desventajas de la obsolescencia programada
Una de las primeras desventajas de la obsolescencia programada es la pérdida de dinero de los consumidores, los cuales tienen que adquirir productos básicos (como electrodomésticos) que al ya tener de por si precios elevados, deberían de garantizar su durabilidad.
Además, con esta práctica se incentiva un consumo inapropiado y contaminante en el que se utilizan una gran cantidad de materias primas y recursos naturales escasos. Esta alarmante práctica social hace que los desperdicios acaben en países subdesarrollados, convirtiéndolos en auténticos vertederos en los que es muy difícil vivir.
Como sociedad habría que concienciar acerca de los productos de usar y tirar, generar unos hábitos en los que el consumo masivo se elimine, además de enseñar prácticas más sostenibles que posiblemente cambien mentalidades a largo plazo.
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