La colección más pictórica de Agatha Ruiz de la Prada

Los que creían que Agatha Ruiz de la Prada no podía volver a reinventarse una vez más se equivocaban, ya que la diseñadora ha vuelto a sorprender con la que sin lugar a dudas es su colección más pictórica sobre la pasarela. Fiel a su estilo inimitable, Agatha da una vuelta de tuerca al término original y lo lleva a su máximo extremo con prendas que resultan absolutamente inimitables: sus telas, pintadas a mano, hacen que cada pieza sea única e irrepetible.

Prendas masculinas como camisas y polos se transformaban en vestidos con teñidos degradados en los cuatro tonos que fueron el denominador común de la colección: rojo, amarillo, verde y azul.

Para el día, prendas cómodas y muy relajadas, llegando incluso a ciertos toques deportivos como los de completar los looks con sudaderas con capucha. Los estampados navy de colores y los topos versión XXL son los estampados protagonistas de los vestidos largos para el día, creados a partir de polos masculinos.

La propuesta incluye sandalias de plataforma con tiras multicolor y bolsos transparentes o en colores vibrantes.

El toque más transgresor del desfile lo pusieron los diseños en los que Agatha reinterpretaba la silueta de los años cincuenta y nos ofrecía su particular versión de la misma, con vestidos rígidos coloreados a golpe de spray.

Para la noche los tejidos se vuelven mucho más suaves y envolventes dando paso a a vestidos largos en los que no faltan los característicos corazones y estrellas.

Y para cerrar el desfile no faltaron vestidos globo y otros diseños en los que el volumen trabajado de forma lúdica y divertida fue el absoluto protagonista.